El objetivo es relacionar nuestra gastronomía con el entorno y la historia de Montsant y a partir de ahí, hacer todo lo posible para deleitar los paladares más exigentes. Un mirador privilegiado para contemplar el horizonte, con la ciudad a nuestros pies. Si Xàtiva fue antaño un paraíso como describían los poetas, Montsant es el único fragmento conservado.